Me despido de ti, de estos 366 días vividos..
Que locura tuvimos el 1 de enero de 2020 deseando salud, amor, trabajo...
Nadie imaginaba lo que se nos venía encima.
Fíjense que esa noche intuí que este sería el año del APRENDIZAJE, de la SANACIÓN ( me tocaba muy de cerca ese deseo), de CAMINO...
No me equivocaba, no, ha sido el año más duro que imaginamos, antes que nosotr@s ya vivieron años tan duros otras generaciones... La guerra civil y la posguerra se llevó por delante los sueños de much@s y esos mism@s que lucharon por que nosotr@s tuviéramos los nuestros,
son l@s que se han ido con esta Pandemia que tod@s estamos sufriendo. La generación de la lucha, de la economía de subsistencia, del sacrificio y de la precariedad nos falta como el aire que ahora ya no podemos respirar con seguridad.
Han sido muchas las emociones que nos han apretujado el alma, que nos han arrancado las lágrimas que creíamos no tener, que nos ha roto los esquemas y que a tod@s nos ha hecho reflexionar...
Siempre he pensado que esta vivencia nos iba a hacer crecer y cambiar... Pero me equivocaba, esta experiencia ha hecho que la generosidad se multiplique y que el egoísmo la supere con creces.
Este año ha sido el año de los retos, quedarse en casa, aguantar en casa, quedarse encerrad@s como decían quienes criticaban la gestión del gobierno... ¿Alguien se preguntó cómo lo vivieron l@s privados de libertad, l@s de verdad? ¿Alguien empatizo con toda esa infancia y adolescencia con problemas graves de convivencia en casa y sufriendo violencia? De pronto todo parecía como la canción de Marisol, Luz y color... Salíamos a los balcones para aplaudir y entonabamos el Resistere y el Libre de los 60.
Pero de pronto, el egoísmo pandemico a la carta se hizo imprescindible en nuestro latir... Había que salir a la calle porque el gobierno que nos quiso proteger, nos había quitado la libertad...
Y había que llenar las terrazas, y recuperar la economía... Aunque en el Palacio de Hielo hubiese aún cuerpos sin vida por reconocer...
Y cada quien pensó en sí mism@ y cada cual aprendió a ir más a lo suyo que nunca. Y llegó el verano y de nuevo nos volvimos a juntar y a veranear en familia y otra vez el otoño, y el aumento de casos, y de nuevo la culpa era del gobierno...
Y ahora había que salvar la Navidad como si fuésemos superheroes en busca de un mañana... Y de nuevo la locura y la pérdida de cordura: ¿es lógico tomar chocolate con churros en una terraza cuando marcan - 1°? Pero es que es Navidad...
Estos 366 días han dado mucho de sí : nos hemos conocido más a nosotr@s mismos y a más de un@ que creíamos amigo le hemos quitado la máscara para ponerle una mascarilla ffp2 homologada; hemos descubierto nuevos retos y nuevas personas que nos han ayudado a crecer y a aprender ; hemos sabido aprovechar el tiempo y los instantes y hemos recuperado la empatia... Aunque aún no se haya contagiado... Ojalá y con esa famosa vacuna nos la inyectaran en vena de aquí a la eternidad...
Hemos valorado el poder terapéutico de un abrazo, de un café o de una charla sincera y verdadera.
Y nos hemos echado de menos y lo que nos queda...
Porque no tendrá cura si no reconstruimos todo entre tod@s, cada quien desde su lugar en el mundo...
Este año ha sido valioso aunque queremos quitarle mérito, porque nos ha quitado mascaras y nos ha regalado herramientas para que el 21 si sea el año de la SANACIÓN, la EMPATIA, el APRENDIZAJE y la CORDURA.
¿Lo intentamos?
Feliz último día del 2020 y que la verdadera realidad se haga presente y nos haga conscientes.
Que sea un año de derechos y no de caridad, un año de salud gratuita y universal, un año de justicia y libertad, un año de feminismo e igualdad,
un año para CONSTRUIR UN MUNDO MÁS SOSTENIBLE Y JUSTO.
🔥 RECOMENCEMOS,
otro MUNDO es POSIBLE 🔥
La Negra y su GRACIAS A LA VIDA... para despedir este año raro 💜