lunes, 3 de agosto de 2020

NADIE NOS DIJO

 
Nadie nos dijo que la vida era esto:
un sol luciendo todas las mañanas y que nublado
provoca malestares varios y nos baja la tensión,
un mar calmo y bravo a la vez que enfadado,
puede causarnos internos naufragios..
Nadie nos dijo que, a nosotr@s, en el Primer mundo,
una pandemia nos iba a romper el ritmo,
la vida, la salud y los planes.
La vida era esto.
De nada nos sirvió a ti y a mí
planear un hermoso verano
bajo el sol de la Toscana,
con el mar frente a nosotr@s,
desnudos de alma y de sed,
abiert@s a todo lo alcanzable
y llenos de luz y energía.

 
Nadie nos dijo,
que como en las epidemias africanas
o como en las catástrofes naturales que pasan
en cualquier parte del mundo,
también aquí nos faltarían medios
(y no precisamente porque no los hubiera),
que acabaríamos muriendo en pasillos,
que perderíamos a toda una generación
que peleó y lucha tanto tanto tanto
que sin ell@s no seríamos nadie.
 
 
Nadie nos dijo que estaríamos aislados
y bajo estrictas normas
en nuestras casas,
quienes las tenemos,
para evitar el contagio.
Pero nadie nos dijo
que la pandemia sacó lo mejor y lo peor de cada quien,
que la solidaridad y la generosidad brotó
del mismo modo
que surgió
el EGOISMO PANDÉMICO A LA CARTA,
que cada quien se retrató
y que,
cuando nos dejaron suelt@s en la calle,
volvimos a las andadas y que el virus voló,
como no vuela ahora el Metro de Madrid.
Nadie nos dijo que este 2020 mágico que predecíamos
iba a ser el peor año para un país como el nuestro:
lo más triste es que nos sigue doliendo más la economía
que haber perdido tanta sabiduría junta en la generación que cayó por el camino.
Nadie nos dijo que lloraríamos tanto,
nadie nos dijo que la vida era esto:
quizá aún estamos a tiempo de recuperar la esencia,
la lucha por la supervivencia que en todo el planeta
es el pan de cada día.
 
 
Mientras tanto, seguimos aprendiendo
en este verano atípico donde no son necesarias vacaciones
y si las reflexiones.
 

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