Tras la hora en que
se encienden las farolas...
ya nada importa.
Los gestos pequeños que nos parecen extraordinarios
dejan paso a una oscuridad
iluminada sólo por los tintineantes luceros
colgados en un universo
azul oscuro casi negro.
A la hora en que se encienden las farolas..
rescatamos lo divino de lo COTIDIANO.
Una mujer cruza rápida el paso de peatones
para que quien conduce no se impaciente.
Cubre todo una niebla cambiante
que altera el ritmo de las cosas
y me hace detenerme a pensar,
con atención plena,
en lo mágico de un instante,
un gesto, una mirada,
un abrazo...
A la hora en que se encienden las farolas
alumbran la vida mis sueños y deseos,
retengo en mi retina
los momentos intensos del día
que me hacen agradecer de nuevo
este instante aquí y ahora...
A la hora en que se encienden las farolas...
Me encanta esta canción...
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