Definitivamente perdimos la cordura.
Si, señores y señoras.
Ya pasó el tiempo del circo,
del "Pasen a ver..."
Ahora me quedo ojoplática de nuevo:
nuevos rebrotes,
confinamientos, ciudades blindadas
y bloques vecinales confinados.
y bloques vecinales confinados.
Será que no hemos aprendido aún,
a vivir en sociedad,
a saber que lo que yo haga bien o mal repercute sobre el otro/a.
¿Será que no nos atrevemos a DARNOS CUENTA?
Creo que José Saramago soñó
que pasaría lo que está sucediendo en este 2020.
Creo que su Ensayo sobre la Ceguera,
que casualidad, justo fue el último libro que devolví a la Biblioteca
a finales de febrero,
es un reflejo de todo lo que está ocurriéndonos...
Solo que la ceguera se nos ha quedado instalada en el cuerpo y el alma
en forma de egoísmo pandémico a la carta,
en modo insolidaridad,
con frases "A mí no me va a pasar",
"Son inventos del gobierno",
" Mientras mi gente esté bien,
sigo desayunando en la terraza".
"Hay que sacar la economía,
las vidas pueden esperar".
Eso sí.
Nos hemos hinchado a aplaudir a nuestr@s sanitarios,
ya de paso aprovechábamos para cantar un poquito,
ligar de balcón a balcón,
cotillear sobre el barrio...
y oye, tomar un poquito el aire...
que eso de estar Too el santo día encerra@s...
no hay derecho a que nos tengan así....
Los sanitari@s están agotados,
y veían venir,
como Saramago,
que volverían los contagios...
Que eso de estar de terraza en terraza
de bar en bar y ya después la noche nochera que se hace eterna,
sin mascarilla y sin distancia...
iba a traer consigo la nueva ola...
Y seguro que Madrid y la señora Ayuso está ocultando datos,
si no, de qué no va a imitar a todas las CCAA
imponiendo el uso obligatorio de la mascarilla? Está claro que hay estrategia aquí detrás.
Creo que como en esta foto, están mirando para otro lado.
Creo que José Saramago soñó
que pasaría lo que está sucediendo en este 2020.
Creo que su Ensayo sobre la Ceguera,
que casualidad, justo fue el último libro que devolví a la Biblioteca
a finales de febrero,
es un reflejo de todo lo que está ocurriéndonos...
Solo que la ceguera se nos ha quedado instalada en el cuerpo y el alma
en forma de egoísmo pandémico a la carta,
en modo insolidaridad,
con frases "A mí no me va a pasar",
"Son inventos del gobierno",
" Mientras mi gente esté bien,
sigo desayunando en la terraza".
"Hay que sacar la economía,
las vidas pueden esperar".
Eso sí.
Nos hemos hinchado a aplaudir a nuestr@s sanitarios,
ya de paso aprovechábamos para cantar un poquito,
ligar de balcón a balcón,
cotillear sobre el barrio...
y oye, tomar un poquito el aire...
que eso de estar Too el santo día encerra@s...
no hay derecho a que nos tengan así....
Los sanitari@s están agotados,
y veían venir,
como Saramago,
que volverían los contagios...
Que eso de estar de terraza en terraza
de bar en bar y ya después la noche nochera que se hace eterna,
sin mascarilla y sin distancia...
iba a traer consigo la nueva ola...
Y seguro que Madrid y la señora Ayuso está ocultando datos,
si no, de qué no va a imitar a todas las CCAA
imponiendo el uso obligatorio de la mascarilla? Está claro que hay estrategia aquí detrás.
Creo que como en esta foto, están mirando para otro lado.
(Foto: Verano del 2009, Atardecer en Ericeira, Portugal)
Como Saramago,
me atrevo a pensar que l@s que si estamos siendo prudentes y responsables,
podremos con esto...
pero a veces, más de las que quisiera,tengo miedo y respeto al virus.
Como Saramago,
siento que este Gobierno de los Madriles está pintando de colores
una realidad azul oscura casi negra,
siento que lo que viene es peor que lo que vivimos...
y siento que de nuevo,
pagaremos just@s por pecador@s.
El otro día, por primera vez, por purita necesidad, tuve que entrar en un Panaria (sitio amplio) y con terraza a tomar un café
(debía hacer tiempo hasta las 10 de la mañana),
y no estaba relajada,
ni tampoco disfrute del café (con lo que me gusta)
ni saqué mi libretilla de viaje
para escribir ideas y frases
(que luego serán novelas, relatos...ojalá)...
nada de eso,
estaba deseando de que la camarera (me quito el sombrero)
trajera el cambio,
que la señora del fondo del local se pusiera la mascarilla...
Cierto es que observé la gente en la terraza y por primera vez en mucho tiempo
(9 y 20 de la mañana)
dos señoras superprudentes compartían desayuno
acordando alternar los sorbos y bocados de su consumición,
no intercambiaban alientos siquiera...
(Foto: verano 2008, Callejón que sale de la Calle Elvira, Granada)
En fin,
como Saramago,
sigo soñando con un mundo que a través de la ceguera,
recupere la cordura.
Pero definitivamente la perdimos
antes de decretarse el Estado de Alarma,
cuando nos volvímos loc@s por el papel higiénico
y arrasamos en todos los Mercadonas del país.
me atrevo a pensar que l@s que si estamos siendo prudentes y responsables,
podremos con esto...
pero a veces, más de las que quisiera,tengo miedo y respeto al virus.
Como Saramago,
siento que este Gobierno de los Madriles está pintando de colores
una realidad azul oscura casi negra,
siento que lo que viene es peor que lo que vivimos...
y siento que de nuevo,
pagaremos just@s por pecador@s.
El otro día, por primera vez, por purita necesidad, tuve que entrar en un Panaria (sitio amplio) y con terraza a tomar un café
(debía hacer tiempo hasta las 10 de la mañana),
y no estaba relajada,
ni tampoco disfrute del café (con lo que me gusta)
ni saqué mi libretilla de viaje
para escribir ideas y frases
(que luego serán novelas, relatos...ojalá)...
nada de eso,
estaba deseando de que la camarera (me quito el sombrero)
trajera el cambio,
que la señora del fondo del local se pusiera la mascarilla...
Cierto es que observé la gente en la terraza y por primera vez en mucho tiempo
(9 y 20 de la mañana)
dos señoras superprudentes compartían desayuno
acordando alternar los sorbos y bocados de su consumición,
no intercambiaban alientos siquiera...
(Foto: verano 2008, Callejón que sale de la Calle Elvira, Granada)
En fin,
como Saramago,
sigo soñando con un mundo que a través de la ceguera,
recupere la cordura.
Pero definitivamente la perdimos
antes de decretarse el Estado de Alarma,
cuando nos volvímos loc@s por el papel higiénico
y arrasamos en todos los Mercadonas del país.
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