jueves, 23 de noviembre de 2017

NO ES NO

Días duros y ya frecuentes para las mujeres. Que se cuestione si el hecho de haber bebido o el ir desnuda por la calle, sea un atenuante para q una panda de "jovencitos " te viole de manera colectiva sin que tu grito se oiga, sin que el miedo que te paraliza la garganta y la voz se vea, sin que nadie en un bloque de pisos ( fue en un portal )oiga tu desgracia... no es motivo para que se te juzgue a ti y no a ellos.
Y sobre todo no hay derecho a que el hecho de violentar de cualquier modo o de todas las formas posibles, se convierta una vez más en reclamo para quienes justifican la violencia desde eso q es el patriarcado y que ell@s llaman " el siempre ha sido así ".
No hay derecho y leyes en el mundo capaces de proteger nuestros derechos?
No existe capacidad global para parar esta guerra terrorista del machismo que nos llena de dudas y miedos impuestos si caminamos solas por la calle una noche de fiesta, si viajamos solas o con otra mujer, si tenemos relaciones con varias personas o si somos de una sola pareja? Cual es el precio que hemos de pagar como mujeres por ejercer nuestra libertad y nuestro ser, sin más ?
Sin duda alguna podemos afirmar cómo el machismo sutil y los micromachismos están y se reproducen a nuestro lado cada día.
Hace unos días, volviendo por la noche a casa después de un día de escucha y acogida que estuvo plagado de historias duras de mujeres fuertes y que por ser las dos cosas habían sido mal-tratadas y violentadas... presencio la siguiente escena :
3 amigos que ya cumplían los cuarenta hablan sobre el fin de semana que ha pasado uno de ellos con su pareja de turno,  sin tapujos hablan,  opinan, especifican y concretan cómo es su cuerpo y lo bien que se adapta al suyo ; los otros preguntan cuándo va a dejar de hacer sexo con ella para ligarsela ellos.
20.45 de la noche, metro sol.
Es solo un claro y duro ejemplo de cómo se nos nombra, de cómo se nos ningunea y de cómo, gracias a los hombres, las mujeres tenemos vida sexual.
A veces me pasa como a Mafalda,  que paren el mundo que me quiero bajar.
No podemos bajarnos.
Tenemos  que visibilizar todo esto, salir a las calles, denunciar, escribir... gritar... que se oiga nuestra voz...
Que como en el relato de la Tía Chila de Angeles Mastreta 
"no tengamos miedo porque estamos hartas de tanto silencio ".
Para que, como en ese texto, los gritos de no es no, lo llenen todo e inunden el mundo de una marea violeta de mujeres sin violencia
Que así sea.