A veces me puede esta tormenta interna de inquietudes y miedos.
De pronto en mi interior amanece despacio el sol y me baila el agua para que despierte y despabile el oido y abra los sentidos a todo lo bueno de la vida.
Las tormentas me hacen rugir por dentro, sacar la fuerza y
el aprendizaje cotidiano que me impulsa día a día a seguir peleando la vida.
El sosiego me acompaña si dejo que lo haga y si confío en que Todo sucede por algo...
dejo fluir en mí la energía y me encuentro sosegada y calmada en la playa de mis sueños, esa que mezcla todas las playas y todos los mares que han conquistado mi puerto
y que han hecho bañar mis pies desnudos en dulzura y arrebato marítimo.
Me dejo guiar por el corazón y me propongo abrir los oídos de las emociones,
sentir más el calor de la gente a mi alrededor y en definitiva,
mi soniquete continuado de dejarme fluir.
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