Genealogías cotidianas, complejas, inmensas. Sin más bandera que el afecto y la lucha por la supervivencia. Genealogías que nos hacen fuertes, poderosas. Fuimos sufragistas, luchadoras, trabajadoras en una fábrica textil que quemaron con nosotras dentro. Fuimos madres, solteras, divorciadas, prostitutas, monjas, ingenieras, políticas invisibilizadas. Fuimos mucho, fuimos más de lo que permitieron que fuéramos.
Genealogías que son, que pelean la vida, que sobreviven como pueden y sostienen el planeta en el mundo a cada rato. Genealogías de mujeres que serán en un futuro, que lucharan por alcanzar esa igualdad real que no llega nunca: cada vez somos más muertas, cada vez más ablación, cada vez más violencia. Genealogías de mujeres que recorren un camino hacia la IGUALDAD de género. Genealogías de mujeres artistas que visibilizan lo que sucede realmente en este universo nuestro. Genealogías que son, fueron y serán siempre: aunque solo quede una de nosotras en pie.
Genealogías para este marzo de 2015 en el que sigue siendo imprescindible VISIBILIZAR.
Yo vengo a ofrecer mi corazón, Mercedes Sosa.
Para África, sobran las palabras: gracias por recordarme todo lo vivido juntas desde el feminismo y por esa lucha cotidiana y activa en la que seguimos peleando la vida.
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