viernes, 27 de febrero de 2015

SUBIR LA CUESTA

Es empinada y un reto continuo. 
La vida me reta cada día, 
me pone trabas, 
me obstaculiza el paso 
y la toma de decisiones. 
Hay tanto que me hace detenerme 
y no avanzar. 
Estoy en situación precaria, 
peor no puedo estar, 
me digo a mi mism@. 
Todo falló, 
en todo fallé. 
Cómo he llegado hasta aquí...
Cómo he sido capaz de estar así, 
en la puta calle?


Sin duda alguna, la cuesta se hace grande cada día para muchas personas que 
consideran que este es su final, más bajo no pueden caer. 
Sin embargo, la calle hace que saquemos todas nuestras potencialidades 
a flote para que resurjamos. 
Eso sí, tenemos que tener apoyos emocionales, económicos, formativos...
integrales al fin y al cabo, para poder tirar hacia arriba de nuevo. 
Sino, mal vamos. Mientras el Estado no sea capaz de ver a estas personas invisibles, 
que cada vez son más, cada vez más jóvenes, cada vez más mixto el perfil... 
aumenta el número de jóvenes, de no consumidores, de no personas con enfermedad mental...
si no detenemos esta estafa de mierda que es la llamada Crisis....
mucha gente se va a ver abocada a la calle. 
Para qué le sirve a alguien sin hogar un paquete de alimentos del Banco de A.? 
lanzo ahí una reflexión porque nos tomamos la licencia de criticar a la gente sin hogar: 
será para alcohol, será para drogas, será...
sea para lo que sea, no creo que a nadie le resulte fácil pedir. 
Me ha llegado un vídeo que se llama Invisibles y me he acordado de un 
montón de peña que he conocido cuando curraba en calle: 
El Mendi, la Yoli, la Inés, el Lolo, el Julián, la Merce...
cuánta gente a lo largo de estos más de veinte años de profesión 
(no tenía ni los veinte y ya danzaba entre la gente, vocación desde bien chica)...
Mi homenaje. Mi respeto, mi indignación porque NADA HA CAMBIADO 
y eso me encoraja más aún. 


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