Lunes 8 de diciembre. Fin del puente. Las noticias se repiten sobre las tres casos de violencia machista. Machista seguimos diciendo, doméstica he oido también. Hay que ver. Repercute también más porque en uno de los casos de violencia de género, también ha muerto la actual pareja de una de las mujeres. Y no digamos el caso del padre que mata a sus dos niñas por mala relación con su anterior pareja...Imaginen por un momento que las noticias las dieran desde un canal de televisión en el que, l@s periodistas y personas que presentan tienen formación en género, qué diferente sería todo. Se malinterpreta todo y enseguida se habla del "qué pronto tenía otra pareja". Caemos en este estereotipo y en otros desde el género, no me cabe ninguna duda.
En ocasiones, me veo percibiendo situaciones de violencia de género cotidiana de esas que no nos atrevemos a contar, de esas entrevistas con mujeres con una vida "perfecta", con el marido que les espera sonriente en la sala de espera...de esas de "ya sé que no eres la psicóloga pero necesitaba contarle esto a alguien", de esas que cuando les ofrecen algún recurso después de la gran "película" que te han contado...dicen "que no que no, que yo estoy muy bien, que a mi me trata bien...". Que dificil hacer un Espejo a personas que no quieren dejarse ver, mujeres a las que les da pavor nombrar el malestar que sienten en su día a día y que palpamos en las entrevistas.
Cada día observamos situaciones llenas de violencia patriarcal. Hoy he ido a la farmacia y he visto la publicidad para perder peso: caras y cuerpos de mujeres se exponen (será que los tíos no necesitan perder peso...). Y así en todo: "perfectas", por qué? No quiero ser perfecta, ninguna queremos serlo. Solo queremos ser felices y si decidimos estar en pareja, que el compañero que tengamos sea un buen compañero de viaje (cada quien tiene sus requisitos). No somos nadie para juzgar por qué una mujer "aguanta" esas situaciones...solo sé que, en cuanto percibo algún atisbo de violencia encubierta y cotidiana, me sale natural, espontáneo y fluido, mi discurso sobre igualdad de trato y buenos tratos.
A mi modo, desde mi humilde puesto de trabajo relacionado con la discapacidad, abro ojos y oídos y envio sugerencias a las personas con las que me cruzo día a día.
Ojalá estas navidades hagamos el esfuerzo también de COEDUCAR, menos muñecas y camiones, más libros y canciones, menos superhéroes y más juego familiar, menos bebecitos a los que cuidar y más abrazos y creatividad a compartir.
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