Melancolía en mis andares
y sonrisas al posar mis botas viejas sobre las hojas
caídas de los árboles marchitos que pueblan mi calle.
La lluvia me arranca una especie de nostalgia viajera
que, como el mar que recité tantos años,
va y viene...
Tarde de domingo y lluvia,
volver a casa con la noche cerrada y cubierta de un luto extraño
que me recuerda lo duro de este mes.
Tiempo de pérdidas y de hasta siempre
que se me clavan en el corazón
arrancándome una lágrima...
Y mañana la vuelta al trabajo,
a la cotidianiedad de las historias de vida duras y valientes
en el despacho
y a la sonrisa en los labios
y el empoderamiento recíproco,
por cuánto aprendo cada día.
Y mañana diciembre,
con sus luces colgadas y la navidad a la vuelta del chaflán.
Tiempo de coraje y de lágrimas,
tiempo de dicha y de abrazos.
Tiempo de otoño.
Y el maestro Serrat poniendo voz a mis emociones...
No hay comentarios:
Publicar un comentario