Vuelco en mi maleta de Cartón,
la misma que acompañaba a Lázara en la Plaza Mayor,
todo lo vivido estos días
intensos de duelo y despedida.
Recojo la sabiduría poderosa
de los años compartidos
y siento que podemos ser felices
si lo deseamos y procuramos darnos al mundo.
Recojo
este tiempo para andar,
para construir,
para emprender viaje...
para dejarnos llevar a donde nuestros pasos
quieran dirigirnos.
Sentir que la vida son los instantes y los regalos que el día a día
te muestran como imprescindibles.
Saberse dichos@ por todo lo que el universo
nos ha puesto en el camino
y ser generos@ a la hora de dar,
de ser un@ mismo,
de expresarnos y regalarnos al mundo.
Dibujar los pasos que nos guian
y con los pies en la tierra,
saberla nuestra:
acogedora,
generosa,
madre,
dulce,
fuerte,
grande
y poderosa.
Sentir que la vida es un regalo
y dar las gracias cada día por ello.
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