Moldear,
moldearse...
dejarse hacer...
dejar q mis manos acaricien el barro,
las telas, las texturas...
dejarse llevar en ese deleite de sensaciones sublimes y poderosas.
Urdir el mimbre
y unirlos todos en una sola pieza.
Hilvanar versos y palabras...
acariciar el agua
y fluir junt@s en un poema....
Creativa e iluminada,
mi mente no descansa hoy
de generar ideas nuevas...
Me acompañan las musas,
o eso parece...
Dejaré que me lleven a donde
quiero ir,
despacio y sin prisas,
sosegada,
en esta calma tenue
que acaricia la luz de las velas
y que ilumina mis manos
mientras escribo.
Escribir,
que gran don...
me deja escaparme a donde quiero.
Pensar en lo q deseo,
sentir lo q elijo sentir...
Y las musas...
q no se van...
q no me dejan a solas contigo
para convertirte en pieza...
como esa q el alfarero no contempla,
sino q la rompe contra el suelo
y la recoge y
da a luz a una nueva,
única,
irrepetible,
mágica,
como un faro en mitad de la noche.
(Foto: Taller Vivenciando el Género Mayo 2012, producción artística)
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