Cada día más cerca de gente con trastornos de salud mental.
Qué difícil debe ser comprender, acoger, amar desde la enfermedad mental, qué duro ha de ser sobre todo para quien la sufre.
Cada día aprendo más en mi trabajo, cada quien tiene sus propios recursos
y sus propios modos de tirar hacia delante.
Tendríamos que abrir más nuestra cabeza, nuestra mente y nuestras barreras: y cuántas barreras hallamos, madre mía.
No igualamos la discapacidad relacionada con salud mental con la discapacidad intelectual, por ejemplo.
Hablamos de descompensar, de cuidar, de no nombrar...
claro, qué complicado es insertar, conseguir trabajo etc...
Ejemplos como este documental :INTEGRADOS
o como El camino hacia la ciudadanía
nos muestran cuál es el camino.
De todos modos, a nivel profesional creo que hemos de hacer una reflexión
y dejar de asociar enfermedad mental con intelectual (no es idiota, no es nada tonto).
Me parece que tod@s las personas que trabajamos en la inclusión social,
vengamos de donde vengamos, tenemos que procurar empatizar, apoyar y acompañar sin "juzgar, salvar, sentir lástima o temor".
Personas como tú y como yo, sin más mochila que la de la enfermedad que la acompaña
y las barreras que tú quieras ponerte ante ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario