viernes, 12 de junio de 2015

MIS PIES PARA ANDAR


Estos son mis únicos zapatos. 
Me acompañan siempre, 
no tengo otros. Quizá algún día 
me pueda permitir cambiarlos.
Me hacen saltar sobre el barro, 
superar caminos inciertos, 
acariciar el cesped del parque
y correr cuando huyo de algo.
Siempre están en mis pies, 
en tierras áridas
y acogedoras playas. 
Me llevan y me traen, 
me encaminan y me detienen el camino.
Me hacen escalar, 
y crecer, 
y ahondar mis pasos cuando quiero más profundidad. 
Solo tengo unos.
A veces la gente me los mira. 
Yo les veo sobre tacones y plataformas,
cerrados  e incómodos,
sin posiblidad de sentir. 
He intentado subirme arriba, 
no las necesito. 
Puedo volar si quiero, navegar si quiero, 
surcar el cielo y los mares, si quiero.
Quizá algún día los cambie. 
De momento no necesito otros.
Lo importante es que sabré andar
allá donde me toque caminar. 

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