La realidad se impone y mucho. Aunque quisiera olvidarme de todo y jugar a la Rayuela, o al Truquele...
A veces es inevitable ver todo lo que acontece y es imposible taparse los ojos y los oídos aunque lo intente. Doy fe. Lo intento cada día, trato de no ver noticias pero será que han de llegarme para bien o para mal por distintos cauces.
La noche de Luna llena, esa luna tan bella que se nos regaló, se me antojó pedir un deseo : sólo pedi COHERENCIA en quienes nos gobiernan para que protejan nuestra salud y no nos hagan correr más peligros.
La luna llena está más ocupada en conceder otros deseos y parece burlona incluso cuando, en las noticias, no sólo veo que no hay más restricciones en Madrid sino que, encima, se relajan.
El viernes a las ocho de la tarde, el tiempo invitaba a estar en la calle, dando un paseo por el Madrid de los Austrias y el Rastro descubría atónita un lleno absoluto en las terrazas y prácticamente sin hacer uso adecuado de su mascarilla.
¿Qué está por encima el ocio y la economía o la salud?
Sinceramente siento que se está dando prioridad a lo primero mientras otras CCAA han restringido toda actividad hostelera
Es como si aquí cantasemos por Bulerias mientras el resto del país lo hace con el dolor de los Tientos o el Martinete.
Sólo nos queda seguir siendo sensat@s y responsables y quedarnos en casa, autoconfinamiento por doquier.
Duelen las imágenes y las cifras, duelen las fiestas ilegales,
duele el descaro y el desdén con el que much@s están gestionando todo.
Entre tanto, sin solución en La Cañada
y burradas varias en los plenos del Ayto y Asamblea.
Lo demás ya se lo saben.
Nada más por hoy.
Seguiremos adelante a pesar de todo...
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