Desconecta.
Escucha atenta los latidos de tu alma.
Siente despacito y con gusto todo lo que
aguarda a la vuelta de la esquina.
Respira con los brazos bien abiertos,
abrazando el oxígeno que poderoso
entra en tu cuerpo
y lo llena de luz limpia y serena.
Cuánta energía, cuánta luz, cuánta vida.
Abre tu templo, tu lugar perfecto,
tu intimidad al mundo pleno
que se presenta ante ti.
Abre tu luz,
conecta contigo.
Despacito y a compás,
como en flamenco,
como en ese ritmo cotidiano,
el de siempre...
el que conoces de memoria.
Despacito, a este compás nuevo
del que no tienes costumbre.
Siente, ábrete a la emoción y disfruta este instante...
no volverá...está aquí para ti,
para que lo acojas, lo respires y lo abraces.
Es solo para ti.
Aquí está, te espera.
Respira y llenate de la luz que ya llevas dentro.
Una de mis canciones favoritas,
se la oía tanto a mi madre cuando era canija...
Limosna de Amores, cantada por la gran Lola Flores
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