lunes, 16 de febrero de 2015

SAN VALENTIN CON DOS DÍAS DE RETRASO...

Ay San Valentín, San Valentín...si levantaras la cabeza...
imagino que no te imaginabas que lo que hacías en la época romana, 
tendría estas consecuencias. 
En fin, ya pasó. 
Lo cierto es que a mí esta semana me ha servido para retomar el enfoque de género en el blog
 y eso siempre es muy positivo. 
Toda la semana viendo corazones por todas partes, bombones, libros como 50 sombras de grey...(prometo entrada más adelante sobre este horror de libro y ahora película)...
en fin, de todo he visto. 
Además, hay gente single que ha celebrado la alternativa al santo con un tal San Zenón...
no sé yo si el objetivo al final sigue siendo encontrar pareja...
El caso es que, reflexionando con otras amigas feministas y algunos amigos, 
hemos llegado a la conclusión de que al fin, 
cuando amamos con ese enfoque del amor romántico, estamos esperando respuestas a algunas preguntas que nosotr@s no sabemos resolver: 
como si no nos bastara con nosotr@s mismos, como si necesitasemos de otr@ para ser felices. Cierto es que es muy lindo, hermoso, empoderador, satisfactorio, bello...
y todos los adjetivos calificativos que se nos ocurran,
 caminar con una personita al lado que nos quiera, respete, acompañe, refuerce, confronte,
 haga llorar o reír...
lo que viene a ser una relación. 
Pero no es fundamental estar en pareja para ser feliz en la vida. 
Por eso, esta semana he lanzado un par de entradas para que reflexionemos 
sobre el asunto del amor romántico, patriarcal, 
que genera identidades dependientes en ocasiones 
y excesivamente exigentes con el otr@ en otras. 
Os dejo esta frase de Simone de Beauvior, toda una referencia en feminismo. 

También un microrelato que con el que participé en un concurso sobre relatitos de amor, quise introducir el enfoque de género y surtió efecto: conseguí formar parte del recopilatorio 
de más de 400 relatos, ahí es ná...
Os dejo el texto, que os guste...

ZUMO COMPARTIDO

Una mañana cualquiera. 
Juntos, sin mediar palabra, se despertaron abrazados sin conocer qué ocurriría. 
Ni siquiera hablaron de lo sucedido. 
Muchas lunas pasaron desde aquello y apenas unas palabras dibujaron los hechos. Sin embargo, sabían a ciencia cierta, que se apoyaban mutuamente: 
libres, independientes, coherentes. 
Naranjas completas con zumo compartido
(Gema Palomo Ramírez)


Dejo el enlace por si alguien se anima a comprarlo...











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