Dolor que atrapa mis huesos,
mis miedos y mis valentías.
Dolor que no veo,
que no entiendo ni comprendo,
del que no conozco origen.
Dolor que me acompaña a todas partes,
que está presente en todas y cada una
de las escenas cotidianas de mi vida.
Dolor que no me dejas sola,
que encerrándote dentro mía,
me anulas el movimiento,
el deseo, las ganas de pelear.
Me dejas atormentada,
con la culpa como compañera.
Sin más bastones para moverme
que la autopercepción de que te siento.
Y te siento tan en mí,
tan dentro mía,
me habitas tan hondo
que no sé cómo echarte de mi vida,
ni cómo convivir contigo.
Dolor, ¿hasta cuándo dolor mío,
serás mi compañero?
No podrás conmigo,
sacaré fuerza y arrojo
de donde no lo tenga,
surgiré del destrozo de autoestima
y te enfrentaré con furia
y con coraje.
Te espero en la batalla,
¿quién dijo miedo?
Escribí este texto hace tiempo, gracias a la experiencia compartida con grandes mujeres que viven con esta enfermedad. Hoy me apetecía volcarlo. Si queréis compartirlo, por favor, pedidme permiso antes.
Os dejo aquí la definición de FIBROMIALGIA: enfermedad caracterizada por el dolor muscular crónico de origen desconocido que acompaña de fatiga y otros síntomas.
Y un documental que tenéis que ver y sentir para comprender: LA PALIZA INVISIBLE.
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