No quiero quedarme al margen de mi misma.
Me niego a llevar siempre el mismo traje que cubre mi cuerpo.
Prefiero desnudarme, dejarme llevar por el viento y ver hacía donde desea dirigir mis pasos.
Le sé caprichoso, ya ocurrió otras veces.
Estoy en un momento mágico y con todos mis poderíos personales saliendo hacia fuera,
el adentro ya lo vamos acomodando como podemos.
Ha terminado la etapa de amarrar el barco fuerte y tenso al puerto que siempre me acoge.
Ahora toca izar las velas, colocar mis manos en el timón y fluir con el destino,
como las olas lo hacen con el océano al que pertenecen.
Emprendo travesía.
Mi mochila alcanza un nivel de experiencias vividas que he ido acogiendo
plenamente en mi caja adivina y sabia.
Deseo poder contar y narrar mucho con todo lo que traiga de mi viaje.
Espero llegar de nuevo a mi puerto con mis velas manchadas por la vivencia
y bañadas en bellas emociones y recuerdos.
Una de mis canciones favoritas de Chambao. En relación y conexión con este momento¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario