Yo de pequeña, escribía cuentos en el colegio...una profesora que tuve se convirtió
en mi primer efecto pigmalión para seguir haciéndolo, gané un pequeño premio y
desde entonces, con distintas intensidades ya no pude parar.
Desde la escritora que soy (ahora que en breve veré mi nombre en un libro)
siento que el mundo imaginario y la realidad van de la mano.
A veces, para poder enfrentarnos a la realidad hemos de inventarnos
estrategias sutiles y creativas para poder "tragar" todo lo que la vida y el día a día
nos pone por delante.
estrategias sutiles y creativas para poder "tragar" todo lo que la vida y el día a día
nos pone por delante.
Ahí es nada, el reto cotidiano es mayor que
la comodidad de dejarse llevar
por la inercia
la comodidad de dejarse llevar
por la inercia
y de no "enfrentar los problemas".
Ana Maria Matute se ha ido con 89 años a sus espaldas, con un montón de obras magnificas y sobre todo,
con la coherencia de escribir "como le ha dado la real gana",
como le dictaba su corazón y como los habitantes imaginarios o no de sus novelas
se enfrentaban al mundo.
con la coherencia de escribir "como le ha dado la real gana",
como le dictaba su corazón y como los habitantes imaginarios o no de sus novelas
se enfrentaban al mundo.
Ese es el legado que nos deja, ahí quedarán para siempre todas sus obras y cuentos,
sus frases mágicas y las que nos impulsan a seguir creciendo
como personas y en mi caso, además, como escritora.
sus frases mágicas y las que nos impulsan a seguir creciendo
como personas y en mi caso, además, como escritora.
Hasta siempre Ana María.
El mundo hay que fabricárselo uno mismo,
hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo.
Hay que inventar la vida porque
acaba siendo verdad”.
Ana María Matute
Ana María Matute
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