Me asomo a la ventana,
respiro con fuerza
y me dejo bañar por la brisa.
En el horizonte,
me veo reflejada,
caminando libre y sin miedos.
Cómo nos cuesta:
encontrarnos, abrazarnos y sentir
somos la persona más importante
de nuestra vida.
En ocasiones, ponemos el foco en que la felicidad está en l@s otros,
en lo que nos aportan los demás.
Cierto es que somos más que nosotr@s.
Somos interacción, acción, relación.
Pero somos quienes somos.
Hemos de resituar las relaciones
y sentir las mínimas
barreras
que ponemos y nos ponen,
percibir las sutilezas
de otr@s,
recibir el abrazo,
escuchar su y nuestro corazón
y su latir.
Y desde ahí,
en este instante,
en este momento,
caminar,
caminando.
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