Hoy mis cicatrices han amanecido revueltas, serán las mareas, serán los temporales.
El caso es que hoy me he dispuesto a reflexionar sobre las cicatrices que deja la vida
en nuestra piel y en nuestra alma.
Cuantos sucesos las acompañan, cuanta luz y cuanta sombra.
Cuantas penumbras han atravesado hasta convertirse en cicatrices.
Algunas en una relación intima con el dolor físico, otras con un dolor profundo
e intimo en las emociones.
En estos meses en mi nuevo trabajo he aprendido mucho sobre superación personal y enfermedad. He conocido a decenas de personas cuyo diagnóstico era el cáncer.
He visto gente que se ha superado a si misma y a la enfermedad, a los estigmas de ese dolor, a cómo duele el alma ante el rechazo y el cansancio en la lucha.
He aprendido tanto...que hoy, en un día en el que se conmemora la Lucha contra el cáncer,
pues me nació expresarme aquí en mi artedeloposible.
PELEAR LA VIDA y sus cicatrices es esto precisamente: resucitarse como
el papagayo que brota de la pena para volar alto y fuertes allá donde los vientos nos lleven.
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