Ocurre solo en algunas ocasiones...
De pronto, el alma comienza a hacerse grande.
La superficie rugosa se vuelve sedosa, el alrededor se convierte en un tacto
similar al de las nubes de algodón,
la suavidad del espacio te llena toda.
Y se hace tan tan tan enorme, tan inmensa es esa emoción de plenitud...
que no puedes dejar de flotar...
Si, flotar como si viajaras en un globo (de esos que aparecen en los cuentos)...
y te dejas fluir, y te dejas sentir...
Y sientes de una manera tal que ni siquiera conocías.
Y es entonces, cuando en el alma,
no te caben siquiera las palabras y cuando tu corazón no necesita de ellas para expresarse.
Solo los gestos, solo las miradas, solo la expresión y el movimiento son fundamentales.
Desde esa emoción que siento hoy en mí, con ese alma desbordada y plena
me enfrento a este proceso lunar que tanto siempre me revuelve e inspira.
Me pongo en las manos de la luna en proceso de llenado,
en el seno blando de su esfera,
en la poderosa luz que sobre mí dejo que derrame...
y me abro al Universo....
Y fluyo y me permito dar,
me permito sentir,
me permito abrazar....
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