sábado, 1 de junio de 2013

ASCENDER, DESPACITO Y A COMPÁS...Y EN BÚSQUEDA¡

Cansada, subiendo cuestas...
dando cuerda a la batería escasa
que asomaba despacio por sus ojos. 
Y sin fuerzas, 
sin ganas,
reposando en un puro relajo 
que no le conducía a ningún lado.
De pronto, visualiza una cuesta mayor
que las demás...
Calcula su capacidad, 
mide su ánimo,
agarra su mochila ligera y sosegada
y comienza el camino.
Al principio sube a prisa, 
con brío,
con energía y desenvoltura. 
A escasos minutos, 
regula el ritmo y el cuerpo le pide
rebajar la marcha...
ahora camina despacio 
y a compás...
sube, asciende, gira las curvas, 
la cuesta parece que no termina nunca. 
Pero ella puede con lo que venga...
no sabe qué hay al final de la calle. 
Solo sabe que quiere llegar, 
y que lo hará a su ritmo y a su paso.
Y se ha dejado el miedo 
al principio de la calle, 
para que no le estorbe,
para que no nuble su poderosa luz. 
(Foto: Tranvía en Lisboa. Agosto 2009)

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