Barro en mis manos,
en las de la vida...
las circunstancias y el tiempo
se hacen manejables
a mi antojo y al suyo.
Barro que me descubre
nuevas formas de ver,
de mirar y expresar
y que me dota del arte
de la alfarería dichosa
que genera nuevos cambios e ideas.
Barro que se me antoja
blando, dócil,
sugerente,
tierno...
pero que hace conmigo lo que yo no quiero.
Barro que somos
y seremos
y que nos lleva de la mano hacia lo más indómito
del pensamiento.
Y en ese pensamiento
me encuentro,
me hallo,
me busco,
me reconozco
y me convierto
en quien soy y quiero.
Barro,
al fin y al cabo.
Barro en mis propias manos
y en las del tiempo.
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