La barbarie,
el poder impuesto,
la norma mal aplicada,
la agresividad porque sí,
la fuerza bruta llevada a sus extremos.
Lo llevamos todo al extremo.
Y si nuestras manos levantadas y las sentadas pacíficas,
son nuestras únicas armas...
¿cuáles son las suyas, la fuerza que da estar armado,
vivir armado?
Desde la incomprensión
de lo ocurrido esta semana,
de lo ocurrido esta semana,
desde el dolor que provoca tal violencia,
desde aquí estas palabras
desde aquí estas palabras
que reflejan mi decepción y mi rabia.
Como Mercedes Sosa,
también yo
Vengo a ofrecer mi corazón.