Ausencias que hielan el cuerpo,
la mente, los tristes y oscuros sentimientos
que a veces pueblan mi alma.
Ausencias que me reviven al tiempo que fue,
que fuimos.
Que escalofrían mi cotidiano respirar
y me invitan a crecer y ser mejor a diario.
Cada día perdemos y ganamos,
aprendemos y nos despojamos de los lastres
que pesan en nuestras maletas de cartón,
de papel, de vacios profundos.
Hay ausencias que nos llenan y nos calman,
que nos abrazan en la noche,
cubriendo nuestros sueños de luz y de ternura,
colmándonos de risa y de sabiduría desconocida.
Las ausencias de nuestros ancestros y ancestras.
Siempre a nuestro lado,
siempre a nuestra vera.
Camina que te camina,
sin soltarnos de la mano
cada vez que amanece.
Escalofríada te siento
y me recorre rápido el cuerpo,
tu abrazo cálido,
tu tierna caricia.
Tu luz, tu vida entera.
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