(2006, El Playazo, Cabo de Gata)
Imagino que camino por la playa.
Este mismo pareo cubre mi cuerpo.
Cuerpo violeta.
Este cuerpo mío que ya no es el que era,
que es el único que tengo.
Este cuerpo que me acompaña desde que llegué a este planeta.
Pronto daré mi próxima vuelta al Sol
y cuántos cambios le he hecho vivir.
Pero son las mismas las cicatrices de los días accidentados,
los lunares que me acompañan,
las heridas del pasado
y las que llegarán algún día.
Las líneas que dibujan las palmas de mis manos
y la piel que me alumbra cada amanecer.
(2009, Almada, Portugal)
La forma de las manos que heredé,
las curvas y las que no,
el pelo rizado que tanto tanto tanto me costó aceptar
y los ojos que a veces me cambian de color
como buena Gata que soy.
La tersura de la piel y la lucha de mi abuela Enriqueta
y la sonrisa sin complejos de la Lola,
mi madre.
El poderío en la mirada de la tía Julia
y el desparpajo de mi bisabuela Patricia.
Todas las mujeres que me antecedieron
están hoy en este cuerpo.
Todas en una.
Son mis huesos y mis alas.
Son mi raíz.
Imagino este cuerpo sin complejos,
sin censuras y sin miedos.
Tantos como los que intento día a día dejar atrás.
Tantos como amaneceres he vivido.
Tantos como caminos por andar me aguardan.
(2010, Cabo de Trafalgar. Cádiz)
Este cuerpo que no acepta los cánones de belleza
ni los mandatos de género,
que solo se sube a unos tacones si es para bailar flamenco
y que no soporta los micromachismos.
Este cuerpo que respira,
que siente,
que ama,
que expresa,
que cuida y es cuidado,
que es piel y es alma.
Que se entrega y que se protege,
que abraza con luz y al alma.
Que es el único que poseo.
El que me acompaña y habla solito de mis andares,
los físicos y los emocionales.
El que habla de mis amares,
de los que tuve y de los que vendrán.
El que habla de mis arrugas,
de mis cicatrices,
de mis canas,
de mi vida y de mí.
Este y no otro
lucha cada día envolviendo el alma de quien soy,
protegiéndola de las toxicidades y de las negatividades.
(2014, Costa Granaina)
Imagino mis huellas en la arena,
mis pies serenos caminan descalzos
y dejan el rastro que el agua se lleva
cada vez que el mar se adentra en la playa.
Cuánta luz,
cuánta dulzura,
cuánta vida.
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