Me acerco a ti, despacio, lento,
con un compás interno que me envuelve por dentro.
Un compás que me permite respirarte, respirarnos.
Después intento darme permiso para saberme ahí,
contigo,
sin miedos, sin prisas, sin culpas, sin peros.
Tantos peros para tan poca toma de decisión.
Me acerco despacio,
te lamo las heridas del pasado,
las acaricio y te dejo abrir en canal tus miedos,
esos que no te dejaban cuidarte, cuidarme.
Curo tus cicatrices,
las lavo con agua limpia de ternura,
esa que nace del corazón
y que no juzga, sino que empodera y permite.
Te doy permiso para que me quieras,
para que te quieras,
para que ahora tu pasado sea solo un zarpazo en el alma
mimado por mi ternura.
(Cuando quiero Sol. Presuntos implicados)
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