Busco tus llaves, mis llaves.
Esas que te abren, las que me abren a mí por dentro el alma y me llenan de luz.
Llaves que simbolizan,
llaves que cierran y abren: procesos, abrazos, besos y caricias, etapas y decisiones.
Llaves que nos recrean y nos hacen sentir segur@s.
Llaves que ponen candados cuando siento miedo,
cuando me duele el amor o las relaciones rotas.
Y las que se abren en canal para derramar la luz que llevamos dentro.
Pensé hace poco en las llaves: la casa, el coche...son seguridad, son logros, son tesoros....
Pero, las llaves del alma son de otra categoría, tienen otra textura: otra energía, luz y presencia, son cálidas, hermosas, llenas de palabras y de caricias, llenas de emociones y de encuentros para escribir y contar.
Las del alma están siempre alertas, a veces duele y a veces escuece.
Las del alma y el corazón, es maravilloso sentirlas de par en par, no hay candados ni cerrojos. Porque el alma es el espacio de cada persona, el espacio propio, único e irrepetible.
Llaves para dar y para recibir. Pero llaves sobre todo, a veces, para tirarlas bien lejos al fondo del mar sin pensar en ellas.
¿Dónde están las llaves de tu corazón, cómo son, cómo las sientes, qué uso le das en las relaciones personales, qué te aportan...? ahí os lanzo la preguntita, tiene mucho para pensar y reflexionar.
Os dejo tema de Rozalen (Gracias Isa por cruzarla en mi camino),
una canción hermosa que habla de cómo las palabras calan a un@s y a otr@s no....
No hay comentarios:
Publicar un comentario