del suelo, del abismo.
Del mar, de lo hondo de la tierra,
del fondo del océano
que somos y seremos.
Resurgiendo,
haciendonos de nuevo fuertes,
seren@s, dulces, tiern@s,
recogiendo esa energía poderosa,
sublime,
suprema
que el amanecer en mitad de la sabia naturaleza que somos
nos regala.
Reconstruirnos,
rehacernos,
sabernos únic@s e irrepetibles,
sabi@s,
dueñ@s de nuestro propio latido,
al compás del sol tomando poder en medio del Cabo.
Retomar el compás cotidiano
y comenzar de nuevo,
con otra luz,
con otra energía,
con otro ser en el interior:
ese con el que nos acabamos de reencontrar.
Dibujando en el Aire, con Chambao.
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