Me enfrento a esa armadura que he fabricado,
para protegerme
para cuidarme
para ser más yo...
voy quitando poco a poco
las barreras que he generado,
dejándome fluir despacito
desde el mimo y la calma.
Me enfrento a mis miedos
a mis abrazos cálidos,
los regalados-los recibidos,
a mis desafíos internos
y a mi propia energía y mi luz...
Me dejo fluir con cuidado
y con corazón
para que mis alas se abran
y se dispongan a agitarse
ligeras, sedosas y amorosas
para abrazarme a mí
para seguir regalándome
a quien decida,
a quien fluya conmigo
en este vaivén que es la vida.
Dejándome fluir,
soltando amarras
y navegando por fin,
ligera de equipaje
y con mi maleta de cartón en juego,
compleja pero presente,
llena de magia,
de luz
y de buenas herramientas
para seguir construyéndome
y autocuidándome.
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