Absorta, derrotada...así me siento a veces cuando observo cómo el mundo se zampa sin miramientos los sueños y derechos de much@s: el mundo, la sociedad, quienes la componemos..
.hacemos caso omiso a las necesidades del otro, la otra...tratamos de sostenernos a nosotr@s mismos a costa del dolor de otros,
a base de ignorar cómo los demás pueden sentirse...
Somos frágiles. Todo el mundo ha tenido momentos de fragilidad
en algún momento de su vida, cualquiera que haya sido el acontecimiento ocurrido y vivido.
Sin embargo, no tod@s reaccionamos igual.
La resilencia, la palabra de moda, existe desde que el mundo es mundo.
Si no, que se lo digan a todos los supervivientes de cientos, de miles de situaciones trágicas y traumáticas a lo largo de la historia de los tiempos.
Pero hay situaciones que duelen:
duelen dos niñas de 12 años violadas y las familias de los violadores jaleando los hechos,
duelen las violaciones en grupos durante el Mes de mayo en 6 puntos distintos de la geografía española.
duelen los comentarios de la Ayuso nombrando a la ministra de Igualdad como niña malcriada que vuelve a casa sola y borracha (hacer demagogía con un grito feminista no tiene nombre).
duele ver cómo acogemos a las personas de Ucrania con los brazos abiertos y miramos a otro lado con las guerras en Siria, Afganistán, Congo,...o las cientos de personas que siguen muriendo sin poder pisar Europa...
duele la vida, y duele la verdad de que esta es la sociedad en la que vivimos.
Una sociedad egoísta que mira su ombligo y sus derechos y pisa cuando le rozan la piel
Entre tanto, algun@s siguen soñando y construyendo OTRO MUNDO POSIBLE en el que la justicia y los derechos humanos sean el único color de su bandera.