Hay personas que te roban sonrisas a carcajadas locas y sonoras solo por recordar lo compartido y vivido.
Hay personas que acompañan tu andar aunque no estén día a día a tu lado (presencialmente hablando).
Hay personas que te interrogan y aclaran tus dudas cotidianas en cuanto pueden hacerlo. Hay personas que te abrazan sin estar, que te envuelven sin verlas y que te acarician y apapachan siempre que les es posible.
Hay personas, hay mujeres y algunos hombres, que se preguntan, que se analizan, que se cuestionan, que caminan hacia la igualdad y que practican el feminismo como forma de vida, como su modo y manera de estar aquí y ahora en el mundo.
Hay personas que vuelven a tu vida de pronto para recordarte que no estás sola, que esto de las Gafas violetas merece la pena y que la miopía de género existe
y que es peligroso a veces perder de vista la perspectiva de género.
Afortunada me siento
y me sentiré toda la vida de haber decidido matricularme aquel Septiembre de 2008 en el
Master de Estudios interdisciplinares de Género para crecer como persona y como profesional
en eso que llamamos feminismo y que, poco a poco,
Y a lo largo de los años, caminando juntas
Hace ya casi 3 meses y la energía de nuestro Reencuentro tras 10 años
aún me hace sonreir y me ilumina el alma cuando os recuerdo.
Aquella mañana fría de octubre, en esa casa antigua que convocaba sin saberlo a todas todas todas nuestras ancestras, sucedió un encuentro maravilloso que solo pudo serlo porque hablábamos desde el corazón
y desde el Buen trato.
Gracias a la vida por hacerlo posible y al esfuerzo que todas hicimos para ser, para estar, para acompañar y facilitar
que todo saliera bien.
Gracias a la vida por cada una de vosotras: por el autocuidado como herramienta, por el feminismo cotidiano como militancia, por ese aprender a echar el freno y dejar de pisar el acelerador y parar cuando es preciso, por esa decisión en casi todas de "tomar otro sendero, otro camino y pensar en nosotras".
Por compartir tanto, por ser tanto, por ese objeto que nos acompañó a cada una estos diez años, por creer en las Degeneradas y por hacerlas visibles-posibles estos años.
Por cada una de vuestras vivencias y experiencias sentidas
desde lo más profundo y compartidas
desde lo más intimo.
A las que no pudieron estar, por intentar estar a través de todos los medios que hoy tenemos a nuestro alcance.
A las que no pudieron acompañarnos y lo intentaron sin ser posible.
A las que ni siquiera sabemos por dónde andan...
Allí estuvimos: creciendo, compartiendo, riendo, llorando, gozando, creando, construyendo redes...nuevamente...
siempre unidas por un lazo más fuerte que nada.
Como una de nosotras
compartía en su muro de FB:
Tener amigas Feministas te cambia la vida.
Pues gracias por cambiar mi vida:
porque no me siento tan sola en esta lucha cotidiana si sé que estáis cerca,
porque aprendo cada día nuevas formas de autocuidado y nuevas miradas
y maneras de crecer,
porque es un auténtico regalo poder pedir un SOS y saberos ahí,
cerquita y a mi vera.